13 Oct 2012

"La primavera árabe se siente en Madrid"


Conversamos con Adel Ali Farah Ali, presidente de la Comunidad islámica más antigua de Lavapiés y simpatizante de los Hermanos Musulmanes.





Todos los viernes a la las 14.00 las calles aledañas a la Plaza de Lavapiés se inundan de musulmanes de distintas nacionalidades que entran a rezar a las cinco mezquitas del barrio. Unos visten chilaba y gorro tradicional islámico y otros acuden en ropa de calle. Todos desprenden serenidad mientras se descalzan ordenadamente antes de pasar al templo. “Aquí puede venir a rezar todo el mundo”, comenta Adel Alí Farah. Es el presidente de Comunidad Musulmana situada en la calle Pena de Francia 2. En el barrio la conocen como la mezquita de Egipto, fundada en 2002, la más antigua del barrio.

Adel es egipcio, tiene 49 años, es corpulento, lleva el pelo rapado y la barba espesa. Conversa respetuosamente con el imán de la mezquita y con otro hombre al que presenta como un líder religioso recién llegado de El Cairo. “Siempre he pertenecido a los hermanos musulmanes”, comenta con una sonrisa en la cara “la gente cree que somos radicales pero nuestro profeta Mahoma predicó para todo el mundo, no solo para los árabes”. Adel afirma que la organización islámica fundada en Egipto en 1928, aún no dispone de una oficina y una base en Madrid, “pero trabajamos en varios centros culturales y mezquitas. Y desde la victoria de Morsi (presidente egipcio de la hermandad), nos estamos organizando poco a poco”. Su comunidad funciona como mezquita y centro de estudio y colabora con la Unión Islámica de Imanes y Guías de España, organización encargada de formar imanes para predicar el Islam correctamente y mejorar la convivencia entre la comunidad musulmana y la sociedad española.

En Madrid el número de musulmanes llega casi a 250.000, de los cuales 123.952 tienen nacionalidad española, según el estudio demográfico de la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE) de 2011. La nacionalidad más común es la marroquí (85.562 ciudadanos), seguida de la nigeriana (10.151), bangladeshí (5.180) y pakistaní (3.026). Solo en Lavapiés en los últimos diez años se han fundado cinco nuevos templos conocidos popularmente por la nacionalidad de los fundadores. La de Bangladesh fue fundada en 2008 (calle Provisiones 6), la de Pakistan en 2005 (calle Sombrerete 24), la de Senegal en 2010 (calle Cabestreros 7) y la de Marruecos hace un año y medio (Calle del Oso 4). "Aunque las conocemos por el país de los fundadores, a todas ellas acuden musulmanes de todas las nacionalidades", puntualiza Adel.

La caída de los dictadores, la guerra civil en Siria, el conflicto palestino-israelí, la carrera nuclear de Irán… Son temas de conversación cada vez más frecuentes entre los musulmanes de Madrid. “Desde que comenzó la primavera árabe la gente se interesa más por todo esto. Las conversaciones sobre política internacional son cada vez más frecuentes en nuestra comunidad, porque comprobamos que las revoluciones árabes tienen consecuencias directas en nuestra vida de Madrid”, cuenta Adel. Para él, el cambio de régimen en Egipto ha supuesto la resurrección de los consulados. “Las embajadas están empezando a funcionar como es debido. En el caso de Egipto el cambio es espectacular: ¡Podemos quejarnos si vemos un funcionario no trabaja correctamente! Con Mubarak no podía ni quejarme, nos llevaba al silencio y a la ruina”.

Tanto Adel, como Johir Uddin, encargado de la mezquita bangladeshí de Baitul Mukarram (la más grande de Lavapiés), insisten en que el Islam es una religión de paz. “Los musulmanes nos defendemos entre nosotros, pero ello no implica que tengamos que acudir a pelear una guerra de un país extranjero, conozco gente que lo ha hecho pero a mí me parece excesivo”. Todos coinciden en expresar su desagrado sobre los ataques a las embajadas extranjeras tras la difusión del vídeo sobre Mahoma. “No está bien matar a la gente. Dios ya les castigará. Si yo veo a alguien que habla mal de la religión le digo que va por el mal camino y le aconsejo, pero nunca llegaría a dañarle” afirma Adel.

Sobre la guerra de Siria se muestra más combativo: “Tienen que luchar contra ese dictador como nosotros luchamos contra Mubarak. Yo se que al final lo van a derrocar. Pero es importante que no se metan los Estados Unidos". Adel recuerda la invasión de Iraq, Afganistan y tantos otros casos de intervención militar. "Que se vayan al infierno. Lo han hecho siempre mal. Ellos se han inventado el mito del terrorismo islámico, Al Qaeda, Bin Laden y todos esos fantasmas que no nos representan”. En este caso, el estereotipo es mutuo, Adel lo tiene claro: “Los norteamericanos son odiosos y criminales”.

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